Nos iniciamos en sostenibilidad en 2015 cuando abrazamos conceptos que transversalmente entrelazaban medio ambiente, personas y proyecto económico. Era entonces, difícil concretar y huir de etiquetas «eco» o similar. Paso a paso identificamos la necesidad de establecer protocolos alrededor de los hitos que en cada uno de ellos podíamos alcanzar.

Aprendimos que las mejoras en la atención a los recursos naturales, sociales y económicos tenían una incidencia directa cerca de nuestras fábricas, alrededor de nuestros procesos logísticos y como plataforma de mejora profesional de cada uno de nosotros. Deseamos sumar nuestra experiencia en conocimientos de la piel y decidimos ofrecer de forma constructiva y gratuita, nuestra Guía de la Piel así como detalles técnicos de nuestras producciones que incluían comportamientos físicos, cualitativos y técnicos.


Interpretamos también que comunicar era una forma de abrirnos, de comprometernos y de compartir aquello que entendíamos era ya una parte integrada de nuestros procesos y organización. Decidimos pensar cada colección y temporada para que todo su desarrollo formara parte integrada de nuestra Visión y Sostenibilidad.

En 2018 hicimos publico nuestro compromiso de Animal Welfare que desde entonces ha mejorado en atención y cuidado de la materia prima que trabajamos y de cuyas mejoras, se han beneficiado tanto nuestros proveedores como el producto que trabajamos.


En 2019, distintas corrientes comunicaban de forma incorrecta que el origen de la piel no respondía a una línea de continuidad de la cadena alimentaria, sino, a otros intereses económicos o de otro orden.
Formamos parte, desde entonces, de distintos foros e iniciativas donde se exponía de forma correcta tanto que no era así como de la necesidad de comprender como resolver cuanto estaba sucediendo partir de la irrupción e incremento del consumo de alimentos de origen animal.


Con la irrupción de una nueva clase media en países con gran demografía, el consumo de carne bovina se ha multiplicado lo que ha evidenciado dar sentido a la curtición de las pieles subproducto de la cadena alimentaria. Curtir dichas pieles se ha demostrado la mejor opción de salubridad, valor añadido, y creación de un producto que ofrece calidez, resistencia, durabilidad y belleza.
Sentimos que difícilmente, puede existir mejor valor que curtir la piel, correctamente y con los controles y certificaciones necesarias para acabarlas, dotarlas de texturas y opciones para un uso contemporáneo y así proporcionar un mejor producto final para la sociedad.

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